En Atlanta, Georgia, para las olimpiadas de 1996, ocurrió un atentado terrorista donde un guardia de seguridad alerto sobre un bulto sospechoso antes de que explotara. Gracias a su alerta, se minimizo los daños y posibles muertes. El nombre del guardia de seguridad era Richard Jewell, que de héroe pasó a ser sospechoso #1 del atentado. El FBI y los medios de comunicación le hicieron la vida de cuadritos a Richard. Bueno, lo puse muy light, prácticamente le destruyeron la vida a este inocente. Atropello y angustia que Clint Eastwood (director) intentó mostrar en la película Richard Jewell (2019).
Pueden buscar la información de Richard en Google. Cuando lean sobre la persecución asquerosa que le hicieron a este pobre hombre le va a dar náuseas. Aunque da un asco lo que le hicieron, la historia es súper interesante porque es un tremendo case study de los daños que se podrían cometer al regar la información incorrecta, te estoy viendo a ti medios de comunicación, y de la gran responsabilidad que tiene el periodismo en sus manos. Lamentablemente, la película se quedó corta en demostrar este aspecto de la historia. En mi opinión, el ritmo de la película y el exagerado enfoque que le dieron a la relación entre Richard Jewell (interpretado por Paul Walter Hauser) y su abogado Watson Bryant (interpretado por Sam Rockwell) le quitó tiempo y desvió la historia sobre la realidad de la persecución por parte del FBI y los medios de comunicación. Don't get me wrong, la historia sobre la relación entre Richard y su abogado es súper interesante, más Paul y Sam tienen tremenda química, pero su extremo enfoque en ello no le da al espectador el break de ver la magnitud de la persecución que sufrió Richard.
Es una lástima que el ritmo lento de la película y el enfoque erróneo no permitió un mayor desarrollo de empatía por lo que vivió Richard Jewell. La película tenía toda la intención de servir como redención para Richard, pero se quedó corta. La narrativa fílmica establecida no creó una conexión entre espectador e historia, por lo que no creó una empatía hacia el protagonista. Honestamente, es una lástima, ya que la historia sí se tenía que contar. Merecía ser contada para por fin darle la redención que Richard Jewell merecía y que no le fue dada del todo en vida. Richard Jewell falleció en el 2007.
No les voy a mentir, la película tiene partes awesome que son empañados con el ritmo de la película. Esas partes valen la pena de ver, pero no sé si en el cine. Si pueden esperar a Red Box, VOD o Netflix, pues háganlo. La química entre Paul Walter Hauser y Sam Rockewell está awesome. Kathy Bates (interpreta a la madre de Richard Jewell) tiene una escena tan poderosa que se te va a salir las lágrimas. Ningún dolor supera el dolor de una madre cuando atacan a su hijo. Esos momentos son los que salvan a la película.
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