Es una de las adaptaciones más fieles a su source material. Hubo unos cambios, pero son sutiles y diminutos. No cambiaron narrativa ni personajes. En cuestión de historia, los fans de la animada no se van a desilusionar. Sin embargo, como niña de los 90s, no se me activó la nostalgia. Aunque no traquetearon con la esencia de The Lion King (1994), los covers que trataron de hacer con la música no le hicieron justicia a la animada. Aunque eran las mismas canciones, con la excepción de una que añadieron en esta versión, no tenían la misma magia y emoción de las originales. Por alguna razón, en la manera en la cual se cantaron no fue en voz activa y emocional. No sé a quién se le ocurrió bajarle el tono a estas canciones, pero no fue buena idea.
El CGI de aquí es uno de los mejores CGIs que he visto en mi vida. Hay escenas en las cuales uno puede jurar son animales reales. El departamento de efectos visuales merece un standing ovation y premios en su categoría. It's that mind blowing!
En esta versión, los que se robaron el show fueron Pumbaa y Timon (voces por Seth Rogen y Billy Eichner, respectivamente). Sus interpretaciones de dichos personajes fueron refrescantes y divertidas. Ellos fueron responsables de las mejores escenas de la película, a nivel de guion y enganche con espectador. Sin embargo, los bajones fueron Scar y Nala (voces por Chiwetel Ejiofor y Beyoncé, respectivamente). Bueno, Chiwetel Ejiofor no es Jeremy Irons; no hay más na' que decir. La voz de Beyoncé no presentó la fortaleza que caracteriza al personaje de Nala. Además, tuvo bien pocas líneas y se sintieron media empujadas.
A pesar de lo que acabo de escribir, recomiendo la película. El CGI es un espectáculo y Pumbaa y Timon están awesome. A nivel visual, le hizo justicia a la animada.